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miércoles, 7 de diciembre de 2016

TODXS DEBERÍAMOS SER FEMINISTAS, de Chimamanda Ngozi Adichie


“Reflexión y análisis del texto: Todos deberíamos ser feministas de Chimamanda Ngozi Adichie”

   “Todos deberíamos ser feministas” es la transcripción de una conferencia impartida por Chimamanda Ngozi Adichie en 2012 en TEDxEuston, durante  un simposio anual centrado en África. El texto, que nos acerca a las experiencias vividas por la propia autora, nos coloca frente a hechos reales  que evidencian la desigualdad a la que nos enfrentamos las mujeres sólo por la condición de serlo. Y aunque su discurso tenga como base de referencia su Nigeria natal, salvo alguna excepción comparativa de la situación de la mujer norteamericana,  esos estereotipos y roles de género que denuncia y hace visibles son comunes en todas las partes del planeta. Porque con su narración Ngozi Adichie  nos muestra la permanencia de la configuración machista en la sociedad. Por muy desarrolladas que se crean algunas,  “El machismo no es sólo el pasado histórico. Es también el pasado vital, es decir, nuestra infancia, nuestro día a día... también nuestro presente”.

            Como bien señala, ¿acaso  no son demasiados los obstáculos que están ahí (en cualquier sociedad) y que, por llevar toda una vida instaurados, parecen intrínsecos a nuestra condición humana, incuestionables y no osamos a rechazar ni a abolir? Obstáculos que por otra parte fueron implantados en otro tiempo distinto y muy distante del actual por otra sociedad, pero que a día de hoy siguen vigentes por muchos siglos que pasen y por muchos Louis que nos digan “No entiendo a qué te refieres cuando dices que las cosas son distintas y más difíciles para las mujeres. Tal vez lo fueran en el pasado, pero ahora no. Ahora las mujeres ya lo tienen bien”. Porque todas tenemos algunos Louis que nos dicen ese tipo de cosas para evidenciar nuestra histeria colectiva antipatriarcal, otro de esos estereotipos que nos achacan a las feministas.

            La normalización de los mal llamados Micromachismos está establecida en demasiadas culturas que a día de hoy se creen libres de machismo solo por “permitir” que la mujer pueda estudiar, votar, trabajar…y en definitiva ser explotada doblemente por el sistema capitalista y patriarcal. Pero del tema Micromachismos ya hablaremos, porque no debemos caer en engaño, el patriarcado no solo está instaurado en los sectores conservadores, de derechas, de determinada franja de edad, no. El patriarcado“es la institucionalización del dominio masculino en TODOS los ámbitos de la sociedad “y lo de las Masculinidades conscientes o Nuevas masculinidades como que nos pilla aún muy lejos. 


            Como ella misma explicó decidió hablar  “acerca de cómo los estereotipos limitan nuestro pensamiento y le dan forma…me da la impresión de que la palabra «feminista», y la idea en sí del feminismo, también se ven constreñidas por los estereotipos….. Decidí hablar de feminismo porque es algo muy importante para mí.…”  Y si, la palabra “Feminismo” está sobrecargada de connotaciones negativas, conceptos distorsionados como el fraudulento argumento de  “El feminismo es como el machismo pero al revés” o el famoso “¿Por qué Feminismo y no Humanismo?”,  intereses socio-económicos fruto de años de patriarcado (¿Quién quiere renunciar a sus privilegios?), manipulación con términos inventados por el patriarcado tales como Hembrismo y no sé cuantas falacias más que nos hacen ser vistas a todas como lesbianas mal folladas que no se depilan, feas, gordas, amargadas y potencialmente exterminadoras de hombres, cuando no unas putas díscolas que vamos enseñando los pechos más allá de los mares sin dejar de ser unas mantis religiosas de nuevo potencialmente exterminadoras de hombres…. Vamos, que el Manifiesto SCUM se nos queda corto a día de hoy!.

Ngozi esto lo suaviza más al hablar de esos estereotipos, “Odias a los hombre, odias los sujetadores, odias la cultura africana, crees que las mujeres deberían mandar siempre, no llevas maquillaje, no te depilas, siempre estas enfadada, no tienes sentido del humor y no usas desodorante” , que van de la mano del concepto que se tiene de las feministas con el cual, ni ella, ni yo, ni muchas, nos sentimos identificadas y que le llevaron a autodenominarse irónicamente como “feminista feliz africana que no odia a los hombres y a quien le gusta llevar pintalabios y tacones altos para sí misma y no para los hombres”.

Por todas esas connotaciones negativas del significado de la palabra “Feminista”,  Chimamanda Ngozi Adichie  defiende que “mucha más gente tendría que reivindicar esa palabra” y aboga “por un feminismo sin complejos que incluye la naturalidad incuestionable de que hombre y mujeres deberían tener los mismos derechos y las particularidades que cada uno quiera añadir a su forma de entender los géneros. El problema del género es que prescribe cómo tenemos que ser, en vez de reconocer cómo somos realmente”.

            ¿Por qué algunos de los muchos roles que recaen sobre las mujeres es la dulzura, “ese toque femenino” que reclamaba uno de los subordinados de una jefa,  la falta de rabia y agresividad entendida como ambición o los cuidados del hogar? ¿Por qué nos inculcan a competir entre nosotras en vez de enseñarnos la magnitud y belleza del concepto Sororidad?, ¿Por qué si a una mujer la violan parte de culpa se le achaca a ella?: Demasiado corta, demasiado escote, ¿qué hace caminando de madrugada sola por la calle?, ¿Qué hace sola en una habitación con 4 chicos?.... ¿Acaso la calle no es tan mía como de un hombre y mi cuerpo no me pertenece? ¿Por qué el estigma de la prostitución es de la prostituta y no del cliente que paga por sexo?


Rabia, yo también tengo mucha rabia y me esfuerzo en mi día a día porque no se me note demasiado… ¿Otro rol en el que también caigo? Si, tal vez por la culpabilidad y miedo que nos es inculcado desde la cuna por nacer mujer. Miedo a nuestra libre sexualidad, a nuestra potencialidad, a nuestra inteligencia que debemos “esconder” para “conseguir” marido y no intimidar a los hombres.... Culpa y miedo, a los hombres y a nosotras mismas… ¡Qué bien se lo tiene montado el sistema!


            Siguiendo con el tema del feminismo otra cosa que me llama muchísimo la atención al  respecto, es la “percepción”, está más amable pero igual de errónea, por parte de numerosos sectores de la sociedad de considerar que ser feminista consiste exclusivamente en el reparto de tareas del hogar, o lo que es peor, en que los hombres “ayuden”, sí, “AYUDEN!!!” , en dichas tareas, porque parece ser que la suciedad, el cuidado del hogar, los cuidados en general y demás temas de ámbito doméstico y familiar vienen con nombre de mujer.

 Volviendo al tema de los mal llamados Micromachismos, la autora desde su experiencia nos muestra ciertos hechos cotidianos, que nos evidencian la normalización de los roles y estereotipos de género,  que nos llevan una concepción descafeinada y muy sutil del machismo, tanto que los podemos llegar a considerar pequeños gestos de machismo: los aparcacoches que esperan que paguen los hombres, las/os camareras/os que se dirigen a los hombres invisibilizando a la mujer, las mujeres que se ocupan de labores del hogar, dan las gracias si el hombre las “ayuda” en dichas tareas y ceden en su carrera profesional o en sus sueños para mantener “la paz en el matrimonio”, la niña que saca la mejor nota de clase porque aspira a ser delegada, pero a la profesora se le olvida matizar que sólo los niños varones pueden serlo, el llevar anillo para parecer casada y ser tomada en consideración de una manera seria en el ámbito profesional-laboral.

La autora señala  que “Si hacemos algo una y otra vez, acaba siendo normal. Si vemos la misma cosa una y otra vez, acaba siendo normal. Si sólo los chicos llegan a monitores de clase, al final llegará el momento en que pensemos, aunque sea de forma inconsciente, que el monitor de clase tiene que ser un chico. Si solo vemos hombres presidiendo empresas, empezará a parecernos natural que solo haya hombres presidentes de empresas”.

Y aquí es precisamente donde radica mi crítica a la palabra Micromachismo. La palabra “micro”, es un elemento compositivo que  proviene del idioma griego (‘pequeño’) por lo que es un diminutivo para asignar algo muy pequeño.  Así que para que me aclare con lo de los Micromachismos:  que “los hombres gobiernen el mundo”, como dice la escritora, sería machismo o fruto de una sociedad y mentalidad machista, ¿no?. Que nos violen y maten por ser mujeres a parte de delito sería fruto del androcentrismo imperante que se visibiliza a través del machismo y un ejercicio de poder por parte de los hombres y sometimiento de las mujeres. Pero lo de la amiga que se sacrificó por salvaguardar su matrimonio, lo de las/os camareros y aparcacoches  que piensan que el dinero proviene del hombre, o la vez en la que fue interrogada en un hotel de lujo “porque es impensable que una mujer nigeriana pueda ser una clienta que paga su habitación”, vamos, negra nigeriana igual a prostituta , eso ¿sería solo un “pequeño” machismo?...
¿Perdón?, me he perdido algo?.  En palabras de Diana López Varela, autora del libro “No es país para coños”,  ‘micro’ parece que lo hace más endeble, más pequeñito. Y al final todo es machismo puro y duro. El acoso callejero es machismo; el laboral, también. Hablamos de ‘micromachismos’ para referirnos a cosas que no son tan graves como una violación, por ejemplo, pero las mujeres vivimos empachadas de esos ‘micromachismos’. O como bien explica Alicia Murillo, “No existen los micromachismos, porque no hay violencias invisibilizadas en lo cotidiano, lo que hay son personas invisibilizadas: las mujeres. No somos tontas,  somos perfectamente conscientes y capaces de evidenciar esas violencias,  nuestras abuelas las denunciaban a diario, el problema es que sus quejas nunca  fueron escuchadas con respeto. Y así, en lugar de decir: “las abuelas fueron conscientes de ser las esclavas de la casa y muchísimas de ellas se quejaban por esta injusticia” decimos “se llama micromachismo, porque son violencias machistas pequeñas de las que nadie se da cuenta”. De esta forma la academia mata dos pájaros de un tiro, hace ver que son violencias de “poca importancia” y además deja a las mujeres en un lugar infantilizado, incapaces de evidenciar y describir su situación de abuso por sí solas.”


            Respecto a la base que propone la autora para conseguir la igualdad y cerrar la brecha de géneros cierto es que cambiar la sociedad es tarea tanto de hombres como de mujeres, pero que el patriarcado renuncie a esos privilegios robados a golpe de machismo requiere una ardua tarea de educación y concienciación en la que ambos deben implicarse, y eso supone que una de las partes renuncie a dichos privilegios. Lo que si me gustaría añadir es que aunque la autora entienda que el feminismo no es cosa únicamente de mujeres, matizaría que los hombres feministas deben hacerse con sus espacios no reclamando grupos mixtos feministas sino reclamando su propio hueco dentro de los espacios masculinos. La masculinidad es una jaula muy pequeña sí, pero a los hombres compete esta tarea de abrirla…

            Sinceramente el título el texto “Todos deberíamos ser feministas” es bastante gráfico como para no tener claro que concibe una sociedad igualitaria y dado que es el Feminismo es el movimiento que aboga y lucha por esta igualdad real, resulta más que evidente que Todas y todos deberíamos ser feministas. Aunque he de reconocer que  un “Dame un motivo por el cual no ser feminista” hubiera estado muy bien también….

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