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jueves, 25 de diciembre de 2014

EL PLACER AL ALCANCE DE LA BOCA...


¿Dar placer? ¿Recibir placer? La vida nos da la oportunidad de gozar de diferentes placeres. ¡Pero el placer sexual! Es genial ¿A poco no? Bien lo dijo el Dr. William H. Masters “Cuando las cosas no van bien en la cama, tampoco van bien en la sala de estar”. En esta ocasión quiero hablar del placer que podemos dar y recibir con la boca y la lengua; Sexo Oral.



El estudio realizado por Kinsey deja ver que solo la tercera parte de las mujeres en el mundo experimentan o llegan al orgasmo en sus relaciones sexuales. Por esa razón me enfocare en el sexo oral a la mujer ósea el Cunnilingus. Además reforzar esta práctica con los dedos, es una experiencia inigualable.

Por aquello de que las mujeres se les dificultan tener orgasmos, aquí una técnica que comparte , el Dr. Juan Luis Álvarez-Gayou, director y fundador del Instituto Mexicano de Sexología A.C.



También quiero poner en claro para todas las mujeres que me hagan el honor de leer éstas líneas, que ustedes tienen la misma responsabilidad que su pareja, para llegar al orgasmo. Es importante que la guíen. ¡No somos adivinos! Nos pueden capitanear. No es válido creer que solo su pareja es responsable de su placer sexual. Tanto el hombre y la mujer se tienen que hacer responsables de su propio cuerpo, de su placer. Sin dejar de tomar en cuenta a su pareja. La comunicación juega un papel muy importante.


Todas las vaginas son diferentes, por eso es importante la orientación de las mujeres, no es tan fácil tener una técnica universal para llegar al orgasmo. La autoexploración juega un papel importante. La vagina tiene 8,000 terminaciones nerviosas. Estas terminaciones están distribuidas de forma distinta en cada mujer. Lo desigual de las vaginas lo plasmo en una obra el artista plástico británico, Jamie McCartney. Fueron 400 mujeres entre los 18 y 76 años que posaron para él artista. Así dio vida a su proyecto “El gran Muro de la Vagina”. Las modelos son madres e hijas, gemelas, transexuales, mujeres antes y después de dar a luz y otras antes y después de someterse a una labioplastia. El escultor busca con su obra combatir el incremento de las cirugías estéticas en los genitales femeninos. En lo personal pienso igual que McCartney, no hay vaginas feas.






También consideremos que existen ciertos mitos o tabúes. En ocasiones he escuchado en terapia que muchas mujeres no hacen o se dejan hacer sexo oral. Porque creen que eso solo lo hacen las prostitutas, es pecaminoso o inmoral. Disfrutar con el cuerpo de tu pareja y provocar su disfrute de diferentes formas es un derecho que tenemos todas las personas, y nada tiene que ver con el ejercicio de la prostitución. Además desde el concepto de ética de la sexología, no es inmoral aquello que se hace entre personas adultas, que realizan actividades sexuales de mutuo acuerdo.


Otra cosa que nos puede detener para disfrutar del sexo oral es la creencia de que es sucio y antihigiénico. Es verdad que se transmiten diferentes microorganismos, pero en ocasiones los transmitimos más en besos apasionados y profundos. Claro que el aseo personal es importante, lo mejor sería un baño antes, pero si las circunstancias o el tiempo no lo permiten una escapadita rápida, con un baño vaquero, podría dar más seguridad para practicarlo.

La alimentación influye en el sabor de los fluidos corporales. Así es: los alimentos que consumimos influyen en el gusto del semen y fluidos vaginales. Para lograr un sabor más agradable y que ambos puedan disfrutar a la hora del sexo oral, se recomienda beber mucha agua y reducir el consumo de café y alcohol; alimentarse de frutas cítricas y especialmente frutas naturalmente dulces como melón, mango y manzana; y evitar los alimentos picantes, ajo y cebolla. Aunque creo que existen gustos para todo. El sabor de la vagina puede ser exquisito.


Gracias a los estudios de Masters y Johnson conocemos que existen, 4 fases en la respuesta sexual humana:
- Excitación.
- Meseta.
- Orgasmo.
- Resolución.

En el hombre y la mujer varían de forma importante. En tiempos y duración. Ellas tardan más para llegar a la fase de excitación, especialmente al orgasmo. De unos 15 a 20 minutos en promedio. Pero con el sexo oral, ese tiempo se reduce, a veces de forma sorprendente.



El intercambio sexual o hacer el amor tiene muchos beneficios en nuestra salud. El sexo oral es solo una de sus variantes.

Un estudio realizado por el doctor Adrián Jaime en la Universidad de Harvard en LifeStyle Medicine, determinó que el sexo y el orgasmo pueden mejorar la capacidad respiratoria, beneficiar el sistema cardiovascular, contrarrestar la depresión y la ansiedad, aliviar dolores, proporcionar flexibilidad, fuerza y tono muscular; disminuir los síntomas asociados a la menstruación, la artritis y la osteoporosis y generar beneficios psíquicos. – El proceso se logra debido a que en el acto sexual son liberadas una serie de sustancias bioquímicas que favorecen las posibilidades de lograr una vida más larga y saludable- explico el especialista.
Es posible que quienes tienen sexo regularmente, prolonguen sus vidas hasta en 10 años.
El lubricante natural de la vaginal contiene escualeno, una sustancia que existe en el hígado del tiburón. Éste compuesto orgánico forma parte de nuestros tejidos. Su acción beneficiosa sobre las células lo convierte en un gran antioxidante, fortalece nuestro sistema inmune y reduce el colesterol malo.

También se ha comprobado el aumento de la creatividad, especialmente en las mujeres.

Tomemos en cuenta que debemos identificar, las partes de la vagina. Especialmente el clítoris y el misterioso punto G; con la ayuda de nuestros dedos. Éste punto G es un tejido que se encuentra en la pared frontal de la vagina, a aproximadamente cinco centímetros de su entrada. Es considerado el foco de la máxima excitación en la mujer, siendo su tamaño como el de un frijol. Aquí tienes unas imágenes que te puede aportar al respecto. Recuerda que es importante tener limpias las manos, la vagina es una parte sensible. Siempre es mejor tener las uñas cortas, para evitar dañarla y por higiene.

Existe la eyaculación femenina y también es normal no tenerla. Comento esto porque puede pasar al realizar un buen sexo oral y es importante considerarlo para que no, nos sorprenda en caso de que se suceda; esto será tema de otro texto.


Al final de éste párrafo, te encontraras un relato que realice, con la intención de que te des una idea. Recuerda que es importante la imaginación y dejar fuera toda clase de prejuicios para que ese momento sea una experiencia sin igual. Una amiga me comento – Encontrar alguien que te penetre es muy fácil, pero encontrar a alguien que te haga un buen sexo oral es un tesoro- . También toma en cuenta que “el sitio español de citas extramatrimoniales Victoria Milan, publicó una encuesta para detectar los errores sexuales masculinos que inducen a la infidelidad femenina. Arrojo que el 68 por ciento de las 4 mil encuestadas, aseguraron que son infieles debido, en gran parte, a la falta de buen sexo con su pareja”.

Empecemos…





La habitación huele a deseo. La observo, disfruto tanto verla vestida. Nuestras miradas se cruzan, el apetito de sentir nuestros labios se hace presente. Me abalanzo hacia tu cuerpo. Te tomo de la cintura y subo mis brazos lentamente, sin perder de vista el brillo de su iris. Apenas rozo por los costados tus pechos. Huelo la respiración. Mis manos llegan al cuello. La acerco hacia mí. Apenas la beso, me doy el tiempo de disfrutar los pliegues de sus labios color carmín. Patinan mis besos hacia su cuello. Se deslizan a la oreja, me detengo para decirle esas palabras hermosas que se dicen los enamorados; tan despacio que apenas logran ser audibles. Se te escapa un suspiro, es recibido levemente al pasar mis dientes por tu lóbulo. Te volteo para disfrutar de tu espalda. Junto mi cuerpo al tuyo. Mi nariz se pierde en ese cabello color azabache. Mis dientes encuentran el cuello, beso la nuca. Al tiempo que mis manos desde las caderas suben a los pechos. Tus pezones erguidos, sobresalen del brasier. Mi pulgar y mi índice apenas los tocan. Muero por arrancarte la ropa. Espero a que hagas el primer movimiento.

Te desabrochas el primer botón de la blusa. ¡La señal que tanto anhelaba! La cargo, aprisiona mi cintura con las piernas. Me envenena el oído con palabras dulces. Apenas escucho – hazme el amor -. La sangre me hierve, su saliva me paraliza. Quisiera Ipso facto rasgarte la ropa y penetrarte. Como diría Cerati – Estoy desesperado, soy tan vulnerable a su amor-. Pero debo alinearme a tu ritmo, a tu respiración. Tu espalda en la cama. Por fin desnudamos tu torso. Beso tus pechos. Siento como los pulmones se empiezan acelerar. Bajo a tu abdomen y con la punta de mi lengua, trazo una línea perfecta en tu costado. La piel se eriza. Tomas mi cabeza y la empujas hacia tu sexo. Por un momento me resisto, insistes y cedo. Me escabullo hasta tus rodillas. Las acerco a mis orejas. Resbalo mis manos bajo tu falda. Toco la orilla de tu ropa interior y la jalo casi al inicio de tus pompis, previniendo mis siguientes movimientos. De forma espontánea, alzas las caderas. Mi cara se precipita hacia tu sexo, resbalando mis dedos por tus muslos. La obscuridad de la falda apenas deja ver tu ropa interior; con mis dientes la jalo. Te las quito, el movimiento desprende tu olor. Te respiro y se enloquecen mis glándulas salivales. Esconderme bajo tu falda, nos envuelve en un toque de misterio. Beso tu entrepierna, entre abro la boca y con mis dientes apenas te rasguño. Con la punta de mi nariz rozo tus labios vaginales. Siento tu calor, respiro y te soplo despacio. Siento como contraes tu vagina. Tus manos aprietan con fuerza mi espalda. Te quitas la falda y mis manos te acarician los pechos. Nuestras miradas se cruzan.

Llego a tu sexo y con mis dedos abro tus labios. Se asoma erguido tu clítoris; mojo mi pulgar y lo toca suavemente en movimientos circulares. Saco mi lengua y la presiono sobre tu perineo; la subo hasta la entrada de la vagina. Bajo y subo, se escapan sonidos acompañados de lentos rasguños en mi espalda. Separo tus labios con la punta de la lengua. Los exploro, los hago míos. Abres más tus piernas. Mis manos disfrutan de tus pezones y me acaricia tu respiración entrecortada. Meto mi lengua en tu vagina, siento tu calor, tu sabor y tu esencia me seduce. Tu clítoris se asoma reclamando mi ausencia. Mi boca succiona tus labios, despacio zigzagueo mi lengua. Tus flujos vaginales hacen su entrada, los veo. Mi lengua se vuelve un pincel, alrededor de tu clítoris realizo un círculo, casi perfecto como el de Leonardo Da Vinci, rápido y en un solo movimiento. Aprietas tus pompis. Presiono y acaricio tus pechos firmes y redondos. Regreso al perineo y lo beso con desesperación. Alzas las caderas y acomodo la almohada debajo, para tenerte más cerca de mí. Entra y sale mi lengua de la vagina. Me tomas la mano y la llevas a tu clítoris, me resisto, lo empiezo a besar; siento su dureza en mis labios. El dedo de en medio hace el arribo a tu vagina. Alzas tu cadera y empiezas a retorcerte. Se agrega mi dedo índice a la fiesta. La fuerza de tus manos, presionan mis labios en tu clítoris; las vocales se hacen presente en la punta de mi lengua. Sonidos involuntarios escapan de tu boca. Mis dedos entran y salen a veces rápido a veces lento. Toco tu punto. Lo exploro. Saltas y cierras las piernas. Las abres, tus fluidos fluyen. La temperatura aumenta. Quito mis dedos y te penetro con mi lengua en varias ocasiones. Exploro desesperado tus labios, los muerdo y tus fluidos se mezclan con mi saliva. Tomas mi nuca y la subes a tu clítoris; mi lengua y labios juegan con él. Mis dedos regresan a tu punto. Movimientos circulares lo envuelven. Intercalo rapidez con dureza, lentitud con delicadeza. Disfruto la suavidad de tu vagina. Con mi otra mano no dejo de acariciarte los pechos.

Succiono tu clítoris y mis movimientos con los dedos aumentan, siento tu humedad. El sudor recorre tu piel. Te empiezan a temblar las piernas.



Con tus manos me presionas la cabeza, con jalones de cabello. Tu cara voltea para todos lados desesperada. La humedad, desliza mis dedos como peces en el agua. Tu clítoris fue secuestrado por mi boca. Me ves. Tus pupilas dilatadas, sorprendidas gritan mi nombre. Se escapan palabras entrecortadas. El corazón se desborda. Gemidos y gritos nos envuelven. En un instante los músculos se tensan y rasguñas el cielo. Un suspiro profundo acompaña una posible tranquilidad. Saco mis dedos. Me abrazas. Beso tus pechos sensibles. Relajas el cuerpo. Despacio regreso a tu sexo. Ahora succiono tus labios, al tiempo que regresan mis dedos a tu humedad. Sorprendida me ves con mezcla de asombro y petición. Mis labios se enfrentan a tu clítoris. Regresan las contracciones una y otra vez. ¡No puedes más! Gritas, jadeas la desesperación se apodera de ti. Saboreo tus fluidos. Me imploras que pare. Tu cuerpo se desvanece.

Me incorporo, te abrazo por la espalda. Tu respiración es tranquila y serena. Mi piel se fusiona con tu sudor. Suspiras y te beso. Descansas en mis brazos y acaricio tu cabello…



Recuerda que el sexo oral es un arte y como todo arte, la práctica hace al maestro.



Carlos Dorado

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