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martes, 22 de marzo de 2016

LA TIRANÍA DE LA BELLEZA

La lucha contra la comparación y el cánon de belleza impuesto.

Ilustración: Inés

La sociedad ha desarrollado distintos cánones de belleza desde la prehistoria, influenciados siempre por la situación social y mentalidad del momento. En la época actual la publicidad ha ejercido una fuerte presión en la imposición de cánones que se han ido convirtiendo cada vez más en un elemento “cosificador” de la mujer, lo que no significa otra cosa que un caldo de cultivo para complejos.
Pretenden hacernos creer que debemos salir pasadas por photoshop al levantarnos de la cama para ser aceptadas al salir al exterior, tomando mano de frascos que prometen ser milagrosos, camuflando, disimulando, exagerando, acentuando… Al llegar la hora de quitarse el disfraz por las noches, muchas se horrorizan al mirarse al espejo y ver que no son la “mujer perfecta” del anuncio.
Debemos pensar en ser mujeres con ciertos ideales, luchar contra este tipo de imposiciones sin sentido e intentar cambiarlo, por lo menos para nosotras mismas y las nuevas generaciones.


Somos algo más que una foto de revista y es suficiente para satisfacernos plenamente a pesar de las arrugas, celulitis, narices grandes, pechos pequeños, piernas peludas, pliegues abdominales y todos esos monstruos que la frívola sociedad de la moda nos quiere imponer. Esto no quiere decir que a algunas no nos encante cuidarnos, pero no para luchar contra nuestros monstruos, los absurdos complejos, sino por amor a nosotras mismas y, en mi caso personal, por la obsesión de coleccionar y probar cosméticos por placer. Retiremos entonces desde ahora la premisa de comprar un producto para “eliminar” un defecto y pasemos a pensar que lo hacemos porque nos gusta dedicarnos tiempo a nosotras mismas y tener la piel suave o para mantenerla bonita más tiempo mientras pasan los años y nos preocupamos por otras cosas que no impliquen ser perfectas.
Dicho sea esto, seguro que muchas siguen pensando en las principales cosas que nos atormentan al mirarnos en el espejo (¡gracias a esos publicistas tan majos!). Pasaré a enumerar una serie de complejos habituales y desmentiré mitos para terminar con luchas absurdas. Intentaré dar consejos, a pesar de que la solución principal comienza por aceptarnos a nosotras mismas.

– Celulitis


La mentira: cremas milagrosas que nos acaban quemando la piel del culo, pastillas más que peligrosas o máquinas de bolas que pretenden que masajeando se te queden cachas de portada Playboy: más vale invertir en un buen vibrador.

La solución: la celulitis es una condición que se presenta principalmente en el cuerpo de la mujer, debido a cambios hormonales, falta de circulación o una mala alimentación rica en grasas y azúcares. Se sitúa principalmente en glúteos y muslos.

Es muy complicado erradicarla una vez está instalada, pero se puede prevenir con unas condiciones de vida sana: deporte, agua, buena alimentación…básicamente lo que se recomendaría para una buena salud en general. Se puede ayudar activando la circulación mediante masajes circulares en la ducha con una lufa (guante de crin), eliminar la retención de líquidos bebiendo té verde, infusiones y agua a lo largo del día y haciendo ejercicios tonificantes para piernas y glúteos.

No existen cremas milagro, mentalicémonos de ello, la celulitis no desaparece por ponerse la crema y sentarse a ver la tele.

– Pecho pequeño o pecho caído



La mentira: que una mujer resulte más atractiva por tener el pecho más grande, un complejo con una “solución” que incluso a alguna se le ha ido de las manos con el tema cirugía; me resulta muy triste que en la mayoría de casos esto se haga para tratar de agradar a los demás.

En el caso del pecho, la mentira más común también son las cremas: prometen aumentar de talla sin cirugía ¡claaaaro! o ponerte esa talla 120 que tienes por naturaleza más tiesa y redonda que las tetillas de Pamela Anderson (¡ella es la culpable de todo esto!)


– Arrugas, bolsas, ojeras…


La mentira: como siempre, cremas que prometen eliminar las arrugas, como pasando un filtro de difuminado, borrando con goma de borrar o con grapas imaginarias en el cogote. Prometo que ni las cremas de 200€ te van a eliminar ni una sola arruga.

La solución: las arrugas se producen naturalmente por el proceso de envejecimiento de la piel. No se pueden eliminar ni evitar que aparezcan, la genética juega un papel importante, al igual que a muchas personas las canas les aparecen incluso en la adolescencia a otros no les han llegado pasados bien los 30.

La única manera de mantener esas arrugas más bonitas durante más tiempo es evitar que la piel se deshidrate con una crema/aceite vegetal hidratante como rutina habitual adecuada a tu tipo de piel, usar siempre protección solar en caso de que te guste tostarte al sol y como para todo, agua, agua y agua, que es muy sana.

Podemos sentirnos bonitas sin sucumbir a la frivolidad que estamos acostumbradas a ver reflejada en publicidad, televisión e incluso el cine. Por eso siempre recomiendo cosmética natural, porque no lo venden como una mentira con tufo capitalista.

Musa

Texto extraído de: proyecto-kahlo.com

2 comentarios :

  1. Normalmente paso de celulitis, arrugas, canas, kilos... pero me da rabia cuando de repente me doy cuenta de que por un tiempo me he dejado llevar por todas estas cosas... el problema es que a veces no somos del todo conscientes de lo que nos influye la publicidad.
    De hecho, al principio me sorprendía cuando mi novio me decía que a él le daba igual si estaba más o menos gorda o si me depilaba o no (que a mí también me da igual), pensaba que era porque era único, pero la verdad es que simplemente es más maduro que mucha de la gente que me rodea, simplemente eso.
    Y por suerte cada vez me rodeo de más gente como él.
    Entrada muy "buenrollera", un saludo!

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  2. Hay arrugas que recuerdan cuanto nos hemos reído, otras que nos traen a la memoria algunos sufrimientos o preocupaciones, como sea son el registro de nuestras intensidades, las que nos hicieron más felices o las que nos hicieron sacar fuerza y empuñar la mano en alguna lucha personal o colectiva, que requirio esfuerzo adicional, hasta el punto de reflejarse en arrugas o canas. El cuerpo es un libro de vida y renegar de el con cirujias y disfraces pienso que es renegar de nosotras mismas.

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