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domingo, 24 de noviembre de 2013

RELACIONES DE "AMOR Y ODIO"

En el inmenso prisma de las relaciones de pareja podemos encontrar muchísimos tipos y estilos. En algunos casos, la propia relación propicia el crecimiento de ambos miembros de la pareja. En otros, sin embargo, se crean dinámicas que pueden resultar bastante destructivas y dañinas. Es posible que las dinámicas sean positivas desde el principio. Pero es probable simplemente que algunos patrones de conducta se agudicen poco a poco y vaya creando dinámicas poco sanas.

El gran desafío en la relación es mantener equilibrio entre la cercanía y la independencia que sientes los miembros de la pareja. No es poco común que uno o ambos vayan cediendo y perdiendo iniciativa hasta llegar a un punto que les resulta francamente incómodo. Su sensación de libertad se va perdiendo y van sucumbiendo a la inercia de una relación dependiente −o incluso simbiótica−. Por desgracia, la percepción que tienen de lo que está ocurriendo suele ser poco clara, vaga y confusa. La mezcla de sentimientos nubla la percepción de la situación y uno −o ambos miembros de la pareja− se ve determinado más fuertemente por la emoción que por la razón.

El principal problema con este tipo de relaciones es que se van creando resentimientos. La persona siente −consciente o inconscientemente− que ha cedido demasiado, que su individualidad se ha ido perdiendo y se siente cada vez menos libre en sus movimientos. La dependencia que ha ido creando le pasa factura. Al mismo tiempo esa dependencia le impide evaluar la situación con claridad y optar por elecciones que pueden conducirle a sensaciones más agradables y a una relación más sana.

La mezcla de amor y rechazo puede causar muchísima confusión y dolor. Normalmente, hace que el devenir de la relación −para bien o para mal− sea bastante complicado. Por un lado, es posible que las personas sigan queriéndose −aunque el amor tenga tintes de egoísmo y dependencia−. Por otra parte, el resentimiento generado a causa de la sensación de pérdida de libertad produce malestar, aversión y hasta odio con respecto a la otra persona. Y así, los miembros de la pareja oscilan entre el amor y el rechazo que sienten hacia cada cual.


¿Has tenido en alguna ocasión en una relación de amor y odio? ¿Recuerdas alguna obra literaria o película que refleje este tema? ¿Conoces relaciones de este tipo?

CUANDO EL AMOR SE CONVIERTE EN APEGO......

Lic. Verónica Figuero
Por muchos años por tradición nos inculcaron esterotipos como que "el amor es sufrimiento", "por amorse sufre", "el verdadero amor se sufre", "quien siente celos es porque ama". de esta manera se va instalando la idea del amor dependiente, posesivo, generador de miedos, relaciones insanas, insatisfacciones que dificultan la autonomía, el respeto por uno mismo y por el otro, la libertad.


La dependencia emocional es un dependencia afectiva por la que se genera una especie de "adicción" a la pareja. En la dependencia emocional, quien la padece es controlada por su necesidad de la otra persona. Su miedo por perderla y a la soledad van contaminando esa relación y la modalidad del vínculo. Se manifiesta como un vínculo ansioso, donde se siente la continua necesidad de saberse amado por su pareja, miedo a no ser querido, miedo a la pérdida del objeto de su amor, celos desproporcionados, ideas contradictorias sobre el amor, dificltad para terminar una relación aún cuando ésta se muy problemática.

A muchas personas no les cuesta hacer cambios en su vida. Hay personas que no están bien en una relación de pareja, pero aun así, generan un apego insano con el otro y sienten una total incapacidad de renunciar a ese vínculo afectivo aunque en su interior sepan que se ha roto el amor sano. Aunque la relación limite claramente el propio desarrollo o atente contra los valores y principios más profundos, no se lo deja ir.

De esta manera se va generando un amor tóxico, donde se hace daño y se pierde la vivencia de felicidad, de sentirse a gusto con la pareja. Pero aun así, la persona que desarrolla una conducta de apego no puede terminar con esa relación. No sueltan al otro bajo ningun concepto. La persona que sufre este tipo de amor, dedica tanto tiempo al otro que se olvida de si misma, de cuidarse, de lo que le gusta, de lo que quiere, incluso se olvida de como es. Todo para el otro, para no perderle, para que no se vaya.

El perjuicio del apego afectivo es abrumante, según los expertos la mitad de las consultas psicológicas se deben a problemas ocasionados o relacionados con dependencia afectiva, y en muchos de los casos a pesar de que la relación es perjudicial, los afectados son incapaces de ponerle fin, por miedo al abandono, la soledad o la perdida afectiva.

La adicción afectiva enferma, incapacita, elimina criterios, degrada, deprime,genera estrés, asusta, cansa, desgasta y, acaba con todo residuo de humanidad posible, ya que la persona dependiente desarrolla patrones obsecivos de compartamientos, se vuelve un ser temeroso, celoso, inseguro y hace lo que sea para mantener a la persona a su lado, así sea aguantando humillación y sufrimiento en silencio, todo por no perder a la persona "amada".

Según el Psicólogo Walter Riso, el pensamiento central de la persona apegada afectivamente y con baja tolerancia al sufrimiento se expresa así:"No soy capaz de renunciar al placer, bienestar y seguridad que me brinda la persona que amo y no soporto su ausencia. No tengo tolerancia al dolor. No me importa qué tan dañina o poco recomendable sea la relación, no quiero sufrir su pérdida. Definitivamente, soy débil. No estoy preparado para el dolor".

En éste tipo de pensamiento, la ruptura se vive como imposible, se da una ilusión de permanencia típìca de la conducta de apego

"Es imposible que nos dejemos de querer. Nuestro amor es para siempre...Sólo es una cirsis, ya vamos a estar bien de nuevo...Vamos a estar juntos para siempre...para toda la vida".


Pensar de esta manera es morir en vida, es negarte la posibilidad de sentir un amor libre de ataduras, sin miedo a la pérdida y sin hacer de ti un ser humano minúsculo, incapaz de tener un verdadero y propio sentido de vida. Debemos desligarnos de amores enfermizos, y vencer el apego afectivo, así que es importante estar claros que el desapego no es desamor, sino una manera sana de relacionarse, cuyas condiciones son: independencia, no posesividad y no adicción, lo cual se consigue respetandonos, valorandonos, y que nuestro proyécto de vida no sea en base a otra persona, mas que en nosotros mismos.

Walter Riso en su libro ¿Amar o depender?, nos invita a hacer del amor una experiencia plena y saludable, libre de ataduras, presentandonos un concepto de amor real:

"Amar sin apegos es amar sin miedos. Es asumir el derecho a explorar el mundo intensamente, a hacerse cargo de uno mismo y a buscar un sentido de vida. También significa tener una actitud realista frente al amor, afianzar el autorrespeto y fortalecer el autocontrol. Es disfrutar de la dupla placer/seguridad sin volverla imprescindible. Es hacer las pases con Dios y la incertidumbre. Es tirar la certeza a la basura y dejar que el universo se haga cargo de uno. Es aprender a renunciar.

El amor está hecho a la medida del que ama. Construimos la esperiencia afectiva con lo que tenemos en nuestro interior; por eso nunca hay dos relaciones iguales. El amor es lo que somos. Si eres irresponsable, tu relación será irresponsable. Si eres deshonesto, te unirás a otra persona con mentiras. Si eres inseguro, tu vínculo afectivo será ansioso. Pero si eres libre y mentalmente sano, tu vida afectiva será plena, saludable y trascendente.


Amar sin apegos no implica insensibilizar el amor. La pasión, la fuerza y el impacto emocional del enamoramiento nunca se merman. El desapego no amortigua el sentimiento; por el contrario lo exalta, lo libera de sus lastres, lo suelta, lo amplifica y lo deja fluir sin resticciones".


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