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jueves, 26 de junio de 2014

MANUAL DEL BUEN MACHIRULO...


Dedicado a aquellos que no han pasado de la ESO machirula, 
Educación Secundaria Opresora, y que necesitan una ayudita para perpetuar 
su dominación.

MANUAL BÁSICO DE COMO SER UN MACHIRULO

El machista al uso:
1 - Las mujeres son débiles por naturaleza, no como tú, que llegas reventado a casa de currar mientras ellas trabajan y paren para ti.

2 -Llevar siempre la música alta, tienes que reivindicar tu territorio y tus gustos musicales por encima de las conversaciones absurdas de la gente, si es que las mezclas con el Itunes pueden llamarse como tal.

3 -Comentar en alto tus ligues de finde, las mujeres son eso, un número más en una lista. Y la que no haya caído en tus redes, es una puta, o una bollera, o ambas. A fin de año podrás compararla con tus colegas, y de paso, te daremos un premio en forma de rabo.

4 -Tocar el culo a las mujeres en medio de la discoteca para echarse unas risas con los colegas tras un "no hay huevos", no podéis rechazar una oferta que pone en duda vuestra virilidad. Llorar, balbucear, gritar y llamar loca a la tía que te cruce la cara para que tus amigos te apoyen tras este atentado contra tu integridad.

5 -Está de moda eso de AYUDAR a las mujeres en la casa, es una mierda, pero al menos se debe levantar los pies cuando pasen el aspirador para que no se quejen mucho. Y de vez en cuando meterás un plato en el lavavajillas, no vaya a ser que te hernies de tanto esfuerzo solidario.
6 -Si no pasas al menos 4 fotos o vídeos de mujeres desnudas a la semana, la llamada puede llamarte maricón, y no puedes permitir tal insulto.

7 -El feminismo no es igualdad, si no, se llamaría igualdismo, igualitarismo, igualismo, o cualquier concepto con -ismo, y no hay que creer en movimientos, ni hombres ni mujeres.
Adoptar la tercera vía es la solución. Ni machismo ni feminismo. Ni racismo ni antirracismo. Ni fascismo ni antifascismo.

8 -No puedes permitir que una mujer vaya sola a la barra del bar, sabes que hay otros machos que van a competir contra ti, y no puedes tolerar que tu propiedad se vea cuestionada.
También existe la opción de que te hayas tragado muchas pelis Disney y te creas el héroe de la película que tiene que ir a salvarla de otras amenazas, ya que ella solita no puede.

9 -Cuando te sientes abarca todo el espacio posible mientras te abres de piernas, es tu espacio vital, aunque confluya con el de otras personas, eso es lo de menos, de hecho, debes reivindicar que el suyo también es tuyo. Te lo puedes permitir, eres el ente más importante que camina sobre la faz de la tierra, y tuyo es el derecho a demostrarlo. Además, así de paso pensarán que tienes un rabo enorme. Ni en el Mercadona encuentras un 2x1 así.

10-Vigila a tu novia, ya sea por móvil o cualquier red social. Si te ha dicho que se iba a dormir a las 00:31 y se ha desconectado a las 00:34 debes exigir una explicación, que para eso eres su dueño. Y por redes sociales, fotos, amigos, tablón, twits, lo que sea, debes ser su Watchmen, no vaya a ser que te ponga los cuernos y seas el ridículo de tu manada, además, que el amor romántico patriarcal de por vida no se rompa jamás, estamos programadas para vivir con la misma persona hasta el fin de nuestros días.

11-Cuando tu pareja esté hablando con otro macho, corre a abrazarla o a rodearla por detrás, que el otro macho se sienta intimidado con tu presencia por si tiene oscuras ambiciones. Recuerda, las mujeres son un cacho de carne por el que pelearse.

12 -Nunca muestres tus sentimientos, si quieres llorar aguántatelo, si tienes frío, pon cara de circunstancia, si te acaban de atravesar di que no duele, un macho nunca tiene debilidades, y si las tiene, se ocultan.

13-En el transporte público NUNCA puedes desaprovechar una oportunidad para iniciar el rito de apareamiento, sin ti, la especie se extinguiría, y obviamente necesitas demostrar que eres el macho alfa de la manada y que tus genes son los mejores para perpetuar a la raza humana.

Puedes empezar a hacer flexiones verticales con cualquier barra que te encuentres, o a demostrar lo mucho que has aprendido viendo Pressing Catch simulando una pelea con tus colegas. Si viene acompañado de reclamos de macho que se acercan a los berridos mientras sujetas un cubata en la mano, demuestras ser el más malo del vagón. La atención lo es todo, intenta de cualquier manera que todas las personas te estén mirando todo el rato, sea para bien o para mal. Si es para mal, ya si eso convocas a tus Rohirrim para pegar o amedrentar a quien ose no caer ante tus encantos viriles.

14 -No te cortes, si ves a una mujer en medio de la calle, sabes que necesita tu opinión sobre su físico para seguir existiendo, es lo único que nos preocupa en esta vida, lleva mucho tiempo viviendo, y necesita un piropo tuyo para poder levantarse al día siguiente y recrearse a sí misma por la noche cuando se mire al espejo.

Debes convertir su autoestima en la estima creada a base de lo que nos digan los demás, y sobre todo, los hombres, que para eso son el género superior. No te cortes con los topicazos, como "GUAPAA, RUBIAA, MORENA, BUENORRA".
Puede que seas un machirulo que crea que los piropos salidos de las obras ya es mainstream, o puede que ya no veas últimamente muchas obras, y como quieres aparentar que eres muy sensible, utilices eufemismos como "hola, mira que me mola mazo tu estilo, ¿me das tu Whatssap? Tú tío, tú sí que vales, la caballerosidad patriarcal ante todo.

15- Cuantas más veces te rasques el rabo para recordarnos que lo tienes ahí, mejor, pero disimula, que no parezca un tick ni nada similar.

16- Escupe continuamente, es otra forma de marcar territorio y de demostrar que eres el más malo del barrio, aunque no te quede saliva y ya tengas que tirar de pollos. Y haz todo el ruido que puedas en el proceso. Es necesario.

17- Opina sobre toda mujer que veas con tus amigos, aunque no venga a cuento. Debes ser el primero en soltar alguna burrada. Recuerda que la vida es una competición y las mujeres sólo están para desfilar delante vuestra.

18- Cuando vayas en coche no puedes permitir que una mujer te adelante. Mete quinta y estréllate si hace falta, ha sido por culpa de esa histérica que no sabe conducir.

19- No es machismo, es hacer chistes sobre las mujeres y soltar continuamente topicazos sobre ellas, no entienden nada, no tienen humor las que se ofenden. Putas locas. Se quejan de que hagan humor sobre su opresión y encima no se rían.

20- Si tu ex pareja te ha dejado, debes dejar constancia tu indignación. Lloriqueos, difamaciones, contar su vida personal y convencer a todo cristo de que ella es una zorra que te ha maltratado psicológicamente.

21- Cuando te sientas ofendido recurre al argumento de "ya, pero las mujeres.../ también hay mujeres machistas" para justificar tu opresión y que no parezca tan grave a pesar de que no entiendas las causas y consecuencias de cada una. No falla.

22- Justificar todas tus actitudes homófobas con un "si yo tengo amigos gays". Gracias por aclararnos que puedes convivir en el mismo círculo que estos enfermos durante un corto período de tiempo.

23- Si conoces a una bollera, debes pedirle opinión sobre todas las tías que pasen, y repetir constantemente chistes sobre tijeretas, lo único que te enseñó el porno heteropatriarcal.

24- Follar es meter el rabo, y punto, el resto es masturbación. Que se note la falocracia, que sin los hombres no hay sexo.

25- Una persona trans no es ni mujer ni hombre, será lo que tú digas que sea, o lo que te parezca.

26- Los gays pueden ser gays, pero de puertas de casa para dentro. Que salgan a la calle con pluma, ni de coña. Que parezcan normales, por favor, no como esos hombres que van subidos en carrozas el Día del Orgullo. Mola más ver a los de la Selección en su bus. Eso sí que es virilidad.

27- ¿Si hay un Día de la Mujer por qué no hay un Día del Hombre? ¿Y por qué un Día del Orgullo Gay? ¿Hay que sentirse orgullosa? Tú eres hetero y no te sientes orgulloso, aunque lo reivindiques día a día.

28- En toda relación hay un pasivo y un activo si eres gay. Si eres bollera, una hace de hombre, y otra de mujer, no puede existir una relación sin que haya un papel de hombre, que no podemos vivir sin esa figura.

29- Cuando veas a una mujer haciendo algo, apártala, que ella no sabe, no puede pensar por ella misma. Pero luego llama a tu madre para ver si encuentra algo que has perdido.

30- Debes exaltar todas las peleas en las que te has metido, y exagerarlas a ser posible. Que nadie olvide tus hazañas, como asfixiar a un cocodrilo con tus hercúleos brazos o simular cualquier batalla sacada de una peli de Tarantino.

31- Los gays no están oprimidos, de hecho, les contratan los primeros para ir a Telecinco o ser dependientes de alguna tienda. Nada tiene que ver que les utilicen como maniquíes de escaparate.

32- Las mujeres no están oprimidas, entran gratis a las discotecas mientras que a los hombres os cobran. Son unas privilegiadas por ser utilizadas como reclamo para que los babosos acudáis en masa a por ellas.

33- Si una mujer ha sido violada, es que iba provocando. Ponerse faldas cortas es de guarras. Y largas, de estrechas.


34 -Saca a relucir tu apartamento en la playa, dinero ... para que todas las mujeres presentes puedan rezar hacia ellos al menos 5 veces al día. Una vez conseguida la pieza a cazar siempre podrás hacerte el ofendido diciendo que se aprovecharon de tu desinteresada generosidad.


35- Quieres tener dos hijos, o tres, los que hagan falta para reivindicar que no eres un eunuco y que tus genes son unos campeones. Da igual que tengas a la mujer como máquina de hacer y criar bebés.

36- El hijo es tuyo por lo tanto también debes decidir sobre abortar o no. Para ir a reuniones escolares, criarles, vestirles, bañarles, alimentarles, etc, ya si eso que lo haga SU MADRE.
Esas cosas que hacen que se te salte una lagrimilla...jajaja

37- Acoso es lo que tú digas, no lo que esa chica a la que estás baboseando diga, al igual que racismo es lo que un blanco diga, y no lo que ese negro que curra en el campo de algodón quiera.

38- Si una mujer te dice que no quiere ser madre, recuérdale que dentro de unos años se le despertará un misterioso reloj biológico que le impulsará a la maternidad, no deben olvidar que han llegado a esta vida para parir. La naturaleza les obliga, y si no, ya estás tú para hacerlo.

39- Las lesbianas y gays no pueden tener hijas ni adoptarlas, serían un experimento, no se sabe cómo saldrían, podrían infectarlos y todo. Y deben tener un padre y una madre, aunque el padre sólo aparezca a la hora de reclamarlos.

40- La custodia compartida debería ser obligatoria, lo que dicen esas feminazis de que sólo el 8% de los padres que se divorcian la piden es un mito. Los niños no estarían desatendidos por unos padres que no quieren cuidarles, hay una repartición igualitaria total del trabajo reproductivo y doméstico hoy en día.

41- Y POR ENCIMA DE TODO, ANTE LA DUDA...MIENTE SIEMPRE: A TI, A ELLXS...


domingo, 22 de junio de 2014

ESO DE AHÍ ABAJO... ¿?



Todos sabemos lo que es un pene y todos sabemos que se llama pene, pero a la hora de hablar de los genitales femeninos, de repente nos quedamos en blanco, decimos “ahí abajo” o en el mejor de los casos decimos “vagina”. Pero no, no se llama vagina, se llama vulva.

¿Imaginas que confundiéramos los testículos con el pene? – Mmm, es que no tengo muy claro como se llama eso alargado que cuelga ahí abajo, testículo ¿no?.- Inconcebible ¿verdad?

Empecemos por llamar a las cosas por su nombre.

Todos sabemos que la picha, polla, rabo, nabo… es el pene y que los huevos son los testículos. Pues “lo de ahí abajo” de las mujeres, coño, chocho, chichi almeja, conejo, higo, toto, y un largo etc, se llama oficialmente vulva.
La vagina es otra cosa, es el conducto cilíndrico que va desde la vulva hasta el cuello del útero, es decir, forma parte de los genitales internos.

La vulva son los genitales externos, formados por los labios mayores, los labios menores, el clítoris, el monte de venus (mons pubis) y el vestíbulo.


Y ¿porque confundimos la vagina con la vulva?


Pues muy sencillo, la poca educación sexual que hemos recibido ha sido siempre enfocada al sistema reproductor, nada que ver con la sexualidad como fuente de disfrute, con lo cual, lo que importa es saber que existe un canal por el que hay que introducir el pene para que se de la fecundación. Otro de los grandes motivos es el tema del “coitocentrismo”, del que hablare muchas veces.


¿Que es el “coitocentrismo”?


Pues eso, la obsesión con centrarnos en el coito como única y verdadera práctica sexual. Con lo cual, lo que aquí importa es que haya un pene erecto y un agujero donde meterlo, llámese vagina.

Y ahora que ya sabemos que la vulva se llama vulva ¿que me dices? ¿te gusta la tuya? ¿alguna vez has cogido un espejo para observarte? ¿te da vergüenza de que tu amante te la mire detenidamente? ¿que piensas? ¿que sientes? ¿la cuidas? ¿la mimas?¿ piensas que es de todo menos bonita, que parece eso que le cuelga a los pavos? ¿piensas que es demasiado oscura y arrugada, demasiado grande, asimétrica, rara, poco agradable a la vista? ¿demasiado pegajosa y poco higiénica?


Vamos mujer, déjate de tonterías, la vulva es como una flor, tus labios menores son como alas de mariposa, todas las mariposas son hermosas, incluso las de enormes alas.

Esto es muy poético, pero es cierto. ¿Que coño es eso (nunca mejor dicho) del embellecimiento de genitales? Resulta que ahora está de moda recortarse los labios para que la vulva resulte mas vistosa y limpia. ¡No tiene sentido! no tiene sentido mutilar una parte tan sumamente sensible de tu cuerpo y cuya principal función es proporcionarte placer. Con esta operación estética se pierde sensibilidad táctil, se sacrifica a costa de resultar mas coquetas a los ojos del hombre. Ya está bien por Dios, bastante tenemos ya con las tetas de silicona, ¡¡dejemos las vulvas en paz!! ¿A que huelen las nubes? Pues yo no lo se, yo lo que se es que el coño huele a coño y punto, no a nubes.

Tu vulva es hermosa, acéptalo, aprende a mirarte con otros ojos, deja de ser tan critica, deja la vergüenza a un lado. Tu vulva es como tiene que ser, ni mas ni menos. Cuídala como cuidas al resto de tu cuerpo y muéstrala sin pudor.


Eva Nogales. Psicóloga. Especialista en sexología y género.

Aqui os dejo una web muy completa que contiene cientos de imágenes de genitales femeninos e información sobre la anatomía de la vulva, entre otras cosas:
- The-Clitoris.com: Imágenes - Anatomía de la vulva


Texto extraído de: sexualidadcreativa.com

lunes, 16 de junio de 2014

EL DUELO PATRIARCAL


Una noche en un bar cualquiera...

un tipo intenta colarse en una cola de baño, entendemos que de manera involuntaria, pero muy observador se ve que no es. La chica que se situaba delante de mi, le dice: “No, perdona, esto que ves aquí, es la cola”.
El tipo contesta: “Ya, sois todo tías, yo voy al baño de los tíos”. Sí, perras. Existe ese especímen, que odio, de machoestúpidos que ni siquiera comparten contigo el baño aunque esté tan concurrido que mujeres y hombres entren a los baños que queden libres aleatoriamente -Oh, no!, Vaya un desacato a las leyes de género!!. ¡¡Llamen a las autoridades patriarcales!!-.
Es como que el macho se ancla en la norma del género a través de la fuerza y la imposición, y las mujeres que también hay las que no quieren entrar a los baños “masculinos” se anclaran por pudor. Un tío se resiste a que entres a SU baño. Le toca a ÉL. La chica prefiere entrar al que le ha sido asignado, “el baño de los chicos está demasiado sucio”.

Pero no perdamos el hilo, que os va a encantar. Le contesto yo: “este baño es unisex, así que a la cola”. Nos dice que se la suda, que no se va. Le apremio: “corre, que se te cuelan”.

El tipo, border en principio, deviene machirulo, y nos suelta: “Yo mearé donde me salga a mi de mis santos cojones”.

Le suelto: “Y antes que yo no meas porque no me sale a mí de mi santísimo coño, a la cola”.

Atención al momentazo: “¿A que te meo ahí?” -señalando el suelo del baño-. Me río en su cara, es inevitable, se lo ha buscado, y le digo: “¿ME?. ¿Soy tu chacha y voy a tener que limpiarte la meada? Tú mismo, pero antes de mi, y de estas chicas, no pasas, te pones a la cola o meas donde te parezca”.

Con su gran capacidad para el debate, la comprensión y la reculación, el macho alfa amenaza con marcar su territorio: “¿A que te meo en lo alto?”.
Contesto, con un nivel de empoderamiento considerable, dadas las características del machirulo de libro que tenía ante mis ojos: “¿Qué, es tu fantasía sexual? Prueba. Tú méame en lo alto a ver qué es lo que te pasa”.
Se achanta. Va como a marcharse, pero vuelve, y, por favor, mucha atención al proceder machirulo dieciochesco: “Dime dónde está tu colega y nos vemos fuera”. Sí. No llegó a abofetear mi cara con un guante como los lores británicos de los que habla Jane Austen, pero fue un desafío a duelo en toda regla.

Yo pasé de feminista contestona que se está meando a ser la Hydra de Lerna mata-machirulos en cuestión de segundos. Estoy segura de que se me multiplicaron las cabezas y comencé a echar fuego por las fauces.

-”Qué pasa, que me quieres pegar una hostia a mi, pero como soy mujer, no te atreves? ¿Lo que quieres es que mi macho, que ni siquiera está presente, responda por mi y tú puedas así resolver este conflicto de honor?”. Tanta complejidad argumentativa le abrumó, y solo acertó a volver a amenazarme: -”Si fueras un tío te reventaba la cabeza”. Le insté a que lo hiciera, de verdad, al grito de ¡Machote! ¡Valiente!, pero no hubo manera. Se fue con el rabo entre las piernas, y me refiero a su falo, no sin antes escupir un poco, mirar con odio patético y soltar algún que otro insulto, lo típico.

Quizás haya sido mejor así, porque las chicas de la cola, cuando el tipo se fue, hicieron piña y me dijeron: “te llega a tocar y lo matamos entre todas”. No sé cómo tomarme eso. Mientras sucedía el altercado, no abrieron la boca. Pero también agradezco que no interviniesen con esa bienintencionada pero poco crítica actitud paternalista que ya he sufrido alguna que otra vez del tipo “no te pongas a su nivel” o “no te metas en esos líos” o “no le busques la boca”. Está claro, para mi, cada vez más: defenderse es una opción sexuada. Y al machirulo le chocó que yo lo hiciera. Que me mostrara la fuerte en mi territorio. Mi pis es tan importante como tu pis, así de simple y de grotesco. Su poder se vio cuestionado, su derecho, anulado. Aunque esto es una mera suposición, pues el tipo podía haber sido un machote cualquiera al que le gusta pelearse con todos los gallitos que se le cruzan, creo que el machirulo en principio se sintió amenazado por esa actitud de fuerza de las que estábamos en la cola, que, eso sí, no se movieron de su sitio, miraban fijas hacia él, no temieron, al menos que se viera, en ningún momento. No le permitimos ejercer su voluntad, sobretodo yo.
Era más bien una cuestión de honor, como luego se traduce de su interés por solventar el problema fuera del garito y con un hombre que me acompañase. Yo no soy igual a él, eso lo dejó claro, no me considera ni siquiera equivalente, sino inferior y por eso, no canaliza la violencia hacia mi más que a través de mi acompañante varón. “No se les pega a las nenas” es un código bien aprendido por el manual del buen machirulo, es una frase de crianza que mamá y papá no dejan de repetir. A veces se acompaña de “a las nenas, besitos”. Wow. Toda una declaración de intenciones.

La violencia del varón hacia la mujer está terriblemente condenada por una de las vertientes del pensamiento machista, la de la protección, la del paternalismo, que sólo comparte con la vertiente de la violencia física contra las mujeres el prisma de nuestra supuesta inferioridad. Así pues, un hombre afrentado, por muy machirulo que sea, no suele agredirte a ti, que eres mujer, sino que busca a tu referente varón, a tu tutor, al que guarde tu honor, excepto que se trate de un maltratador sexista, claro, pero ésta no es necesariamente la categoría a la que nos estamos refiriendo aquí.
Hablando de mi machirulo, su honor manchado requería una limpieza pública, pero eso son asuntos que se arreglan entre hombres, y este es el principal mecanismo que nos ha alejado, históricamente, de la violencia, y por ende, de la autodefensa o incluso el ataque a nosotras las mujeres. Yo no tengo potestad para defenderme por mi misma, supone el machirulo. Por eso se ve tan nervioso, insultante e incómodo con mi reacción de emplear su mismo lenguaje descarado y violento. Quien debe defenderme a mi, es mi hombre, pero yo soy una mujer sola -es decir, sin varón que me avale, pues a mi se me ha negado también como mujer mi derecho a la autorrepresentación, y mi figura no vale tanto como la de un igual-, mi hombre no está y yo rehuso buscarle, por lo que el machirulo se ve absolutamente descolocado y frustrado ante la imposibilidadde inflingirme castigo.

La violencia es su privilegio, es su poder. Yo me rebelé, me defendí, contesté, cuestioné su supremacía sobre mi. Lo que para algunxs fue “ponerme a su altura” para mi fue un ejercicio de resistencia política y antipatriarcal. Quienes se escudan en el “no tenías que haberle contestado, le enciendes más”, no son más que defensorxs del discurso de la no violencia, un discurso domesticador que esconde un juego de poder en el que elx dominante siempre lo seguirá siendo mediante su uso de la violencia y la pasividad delx dominadx ante la misma, lo que a su vez nos lleva a la anulación de la capacidad de respuesta. Así mismo, subyace una lectura de género clara en la que una mujer sublevada ante lo establecido, un sujeto mujer no pasivo y erigida con armas violentas ante una agresión cualquiera es lo incorrecto, lo condenable y lo impropio.
Es fácil recurso desde las mujeres -y hacia las mujeres mucho más- la defensa de la no violencia porque desde hace cientos de años y con vagas excepciones puntuales que habría que analizar, nuestra intrahistoria ha sido el relato de la sumisión, el silencio y la victimización. Pero es injusto. E inmoral desde el punto de vista feminista, pues perpetuaríamos roles de género que pretendemos criticar por otro lado. Al patriarcado le beneficia el “es mejor no hacer caso” o el poner la otra mejilla. En definitivas cuentas, el argumento de la no violencia sólo beneficia al opresor y deja sin opción alx oprimidx. Y yo no quiero ser una oprimida.
Es impactante, en el plano de la praxis, el uso que hacen algunos machos de la violencia como muestra de su hegemonía, como si de un animal cualquiera que debe imponerse a otro/a para su supervivencia, se tratase, y en verdad es así. El macho vertebra toda su identidad, toda su existencia, mediante sus atributos masculinos tradicionales. Si no muestra sus atributos, nada puede legitimar su pertenencia a la masculinidad. Si no se impone, si no saca las garras, si no lucha mediante la violencia que la masculinidad ha privatizado, muere el macho. El macho no aprecia tanto su vida o su integridad física como la salvaguarda de su orgullo y su honor, y en el empleo de la fuerza bruta está implícita la defensa y la exhibición pública de esos valores como la bravura, el carácter, la fuerza. Son los últimos coletazos del estereotipo del guerrero, el mito del macho dominante que pelea por no morir y que se reproduce en constantes procederes tanto políticos como cotidianos.

Pero con una feminista has topado, querido.

La próxima vez, igual te lo piensas dos veces. Porque si me llega a tocar un pelo, respondo. Igual me hace más daño él a mi que yo a él en este caso, ya que era bastante corpulento, pero mi satisfacción y mi empoderamiento al pensar que un machirulo lleva un moratón en la cara que le ha hecho esta “guarra” que escribe -así me llamó, no os sorprendáis por mi sordidez-, eso… eso, hermanas, no tiene precio.


Texto extraído de: ventepakamchatka.wordpress.com

viernes, 13 de junio de 2014

MASTURBACIÓN FEMENINA: ¿TÉCNICAS E INSTRUCCIONES?...

“Es uno de los temas que menos hablamos las mujeres. Y aunque parezca increíble, muchas ni siquiera saben cómo hacerlo. Pudor, vergüenza, sentirse ridículas o preguntarse “para qué” son algunas de las razones que pueden llevar a más de alguna a probar poco o a ni siquiera intentarlo”

Sílvia Bejar


“El fenómeno humano de la masturbación ha sido literalmente deshecho, ensuciado, destrozado hasta el punto que muchas personas viven hoy este hecho humano normal y simple con todo este terror de siglos encima” 

Efigenio Amezúa
“Siéntate con las piernas cerradas”, “No te toques ahí”, “Eso es de cochinas” son algunas de las frases que ilustran el tipo de educación sexual que muchas niñas reciben desde tempranas edades. Estas representaciones de enorme poder, entre otras, actúan como sustrato en el inconsciente social reproduciendo mandatos violentos de género y dificultando el disfrute de la experiencia autoerótica de niñas y mujeres.

No es de extrañar entonces, que a pesar de que la masturbación dejó de ser considerada “parafília[1]” o “perversión” a partir de la mitad del siglo XX, todavía hoy, haya mujeres que no se atrevan a reconocer que se masturban, o peor aún, que no lo hagan por desconocimiento o tabú[2].

La finalidad de este escrito consiste en repensar el concepto de masturbación para incorporar esta práctica en el seno de una perspectiva positiva e integral de la sexualidad, así como cuestionar algunos de los mitos que la acompañan, especialmente a la femenina; insistiendo en la forma en que las creencias en torno a esta han mediado en nuestras actitudes y maneras de practicarla.


En concreto deseamos que esta sección contribuya a que cada vez más mujeres se apropien de sus cuerpos, tengan un mayor conocimiento de estos y de su capacidad de goce en la experiencia autoerótica, que ninguna mujer deje de experimentar y conocer su cuerpo de forma autónoma y liberadora. Compartiremos además muchas de las técnicas que las mujeres utilizamos para masturbarnos ofreciendo así, de forma amena, un sinfín de posibilidades para quien quiera saborear.

Las sociedades ejercen todas un control sobre la conducta sexual de sus ciudadanos partiendo del orden sexual establecido en cada una de ellas. Uno de los dispositivos más potentes es y ha sido siempre el considerar perjudiciales o patológicas aquellas prácticas e intereses sexuales que no obedecen a los dictados de una estructura sexual normativa que en este caso es coitocéntrica, heterosexual y reproductiva. La homosexualidad, la masturbación, el sexo anal y oral también fueron en su día percibidos como poco saludables, incluso como trastornos mentales. Aunque esta percepción ha cambiado bastante, sin embargo acarrea ciertos vestigios que todavía hoy soportamos.

Vicio solitario, sexo manual, amor en solitario, descargas ilegales,… o algunas más modernas, como autoerotismo, hacerse una paja, machacársela, hacerse un dedo, etc. Son algunas de las expresiones que pueden ayudar a dibujarnos la historia de la masturbación, que como podemos imaginar ha tenido diferentes miradas en distintos momentos, lo que ha modelado nuestras creencias, sentimientos y actitudes hacia ella.

Hagamos un breve repaso de la mano de Georgina Burgos antes de continuar. La escritora, resume en su libro[3] la práctica de la masturbación a lo largo de la historia desde los griegos hasta nuestros días:

Hacia el siglo II d. De C., Galeno pensaba que la masturbación era eficaz para la salud corporal ya que servía para descargar el exceso de esperma tanto en hombres como en mujeres. Se creía, idea que se mantendría hasta finales del siglo XVII, que las mujeres eran hombres incompletos. Ambos, hombres y mujeres correspondían al mismo sexo[4], siendo la mujer un hombre del revés, imperfecto, de manera que en los ovarios también se fabricaba esperma. Era común la práctica de masajes vulvares y clitoridianos para eliminar los fluidos corporales como terapia médica (obviamente el fin no era saciar el deseo sexual). Dejando de lado la medicina, los griegos consideraban la masturbación, no un pecado ni una práctica inmoral, pero si algo propio de mujeres, niñxs y en general población con escaso status y reputación social.

A lo largo de la Edad Media sin embargo, y aunque el adulterio o la sodomía eran agravios mayores, la masturbación pasó a ser pecado al oponerse a Dios y sus postulados.

El perjuicio mayor padecido por la masturbación llegó sin embargo junto a las creencias que la relacionaban con el deterioro físico y mental, con la salud del cuerpo humano. Esta nueva concepción sobre la masturbación vinculada a la enfermedad fue penetrando lentamente en la ciudadanía. La profesión médica caminó de la mano con la moral judeocristiana divulgando ideas como que la masturbación imposibilitaba las relaciones matrimoniales al causar eyaculación precoz, infertilidad o impotencia. Se habló igualmente del síndrome postmasturbatorio que afectaba al sistema nervioso de las mujeres pudiendo provocar convulsiones, melancolía e histeria[5].

Se utilizaron innumerables artilugios y sistemas para evitar la masturbación y sus consecuencias llegando incluso a métodos como la cauterización y ablación del clítoris en las niñas y mujeres. En la época en la que se creía que existía un único sexo esto hubiera sido inconcebible, no así cuando se confirma que son dos sexos distintos y que ni el clítoris ni el orgasmo femenino poseen funciones reproductoras ya que el placer femenino no era importante y se relacionaba más bien con “el pecado y la degeneración física y moral” (21, Burgos, G.). Estos inhumanos procedimientos coexistieron con la masturbación terapéutica a través de masajes manuales y vibradores como método para aliviar la histeria a lo largo de los siglos hasta incluso el siglo XX.

Más tarde con Freud y el psicoanálisis, la masturbación se transformaba en una práctica apropiada en la etapa del desarrollo sexual de lxs adolescentes. Se abandonó la idea de que las prácticas masturbatorias eran producto de enfermedades y pecados siempre y cuando no se llevasen a cabo en la edad adulta, ya que indicaba inmadurez, degeneración o alguna falla en el desarrollo sexual.

Ya en el siglo XX, gracias a profesionales como Alfred Kinsey en los años 40-50 o como el matrimonio Masters y Johnson en los 60, las creencias alrededor de la masturbación de antaño fueron relegadas por aquellas que defendían que la actividad no era nociva en absoluto y que incluso mejoraba las funciones sexuales. Pero aunque hacia los años 60 comenzaron a defenderse ideas más saludables y abiertas sobre esta práctica, en pleno 2014 el onanismo sigue siendo tabú en la mayoría de los contextos y sigue existiendo un enorme desconocimiento alrededor de la masturbación femenina.

Si bien la masturbación antaño considerada práctica prohibida, pecaminosa y pervertida con el paso del tiempo ha ido adquiriendo un carácter más permisivo y positivo, todavía se trata de una práctica tabú y de segundo orden. Existe aún cierta negativa a tratar la masturbación abiertamente, mucho desconocimiento y falsas creencias a su alrededor, además de estar revestida de una falsa tolerancia. Se sigue considerando una práctica secundaria, propio de quienes no tienen pareja o como manifestación de rechazo o insatisfacción dentro de la pareja. Además, como sucede con otros muchas áreas de la vida, las normas sociales en cuestiones relativas a la masturbación, y a la sexualidad en general, son bien distintas aún para hombres y mujeres, siendo ésta práctica mayormente censurada en las mujeres que en los hombres. El deseo y las necesidades sexuales de las mujeres no ha sido considerado en una tradición androcéntrica que concibe la sexualidad únicamente para la reproducción.

En mi trayectoria docente con jóvenes he podido comprobar como sólo en raras ocasiones las chicas reconocen que se masturban, no así los chicos, pudiendo sentirse estos incluso ovacionados por ello; a menudo preguntan[6] las formas en las que se masturba una chica o se escuchan aseveraciones como que masturbarse es de guarras. Los prejuicios alrededor de la sexualidad femenina y, más en concreto, sobre la masturbación femenina son colosales todavía, existiendo en el discurso común cierta tendencia a pensar que “las mujeres no necesitamos masturbarnos”, que “las mujeres somos más pasivas sexualmente que los hombres” o que “tenemos menos libido”. Otro mito extendido es el de la media naranja que comprende a las personas como seres incompletos que necesitan encontrar a su otra mitad para sentirse plenas formando la pareja ideal, tan extendido y aceptado en la sociedad occidental, influye decisivamente en la manera en la que leemos las relaciones emocionales y sexuales de pareja. Creernos que tenemos una única persona predestinada con la que nos compaginaremos a la perfección una vez nos encontremos, implica suponer la idealización de realizar cada una de las actividades juntxs y un acoplamiento perfecto también en las relaciones sexuales. De la misma forma, no se concibe el disfrute sexual sin esa persona que supuestamente forma una unidad con la otra, relegando la masturbación a aquellxs que no han descubierto aún su media naranja.

A esto hay que añadirle las marcadas diferencias de género. La socialización emocional y sexual de las niñas y mujeres ha venido tradicionalmente acompañado de mensajes erróneos, machistas y negativizadores que poco han ayudado al buen desarrollo de nuestro autoerotismo. Frente a estos mitos y falsas creencias, desde aquí nos decantamos por la idea de que cada unx de nosotrxs somos ya una persona completa, autónoma. Defendemos la imagen positiva de la masturbación que nos permita disfrutarla para aprovecharnos de sus beneficios.
“Es una práctica valiosa de la vida sexual de la persona, desde los más tempranos días de la vida, hasta los últimos, pudiéndose decir que no solamente no es inocua, sino que constituye una buena manera de descubrir el funcionamiento del cuerpo y sus respuestas ante determinadas estímulos, ayudando a elaborar un concepto positivo de la sexualidad”
Mercedes Oliveira

Es necesario abandonar los estereotipos que relacionan esta actividad con la perversión, con personas con incapacidades de relación social incluso con la deslealtad a la pareja, para desterrar las culpas y los miedos que la han rodeado. Porque la masturbación, vivida libre y satisfactoriamente, es una práctica válida y positiva que potencia el autoconocimiento. Favorece el conocimiento de nuestro propio cuerpo lo que beneficia igualmente a las relaciones sexuales. Investigar con tu cuerpo, conocerlo, experimentar sus deseo y ritmos permite disfrutarse, quererse y enriquecer la vida sexual de cada unx.
Desde Gogara compartimos esta definición sobre masturbación o autoerotismo que ofrecen desde la Fundación Sexpol[7]
“ Autoestimulación corporal o mental a través de cualquier sentido y/o la imaginación con la intención de provocar placer erótico”.
Esta otra, “Autoestimulación, es decir, la obtención del placer a través de las caricias o frotamiento de los genitales u otras partes del propio cuerpo” de Félix López y Antonio Fuertes (1989) define más claramente la idea que existe en el imaginario colectivo sobre la práctica masturbatoria aunque sólo contempla el sentido del tacto dejando de lado el resto de los sentidos que igualmente son susceptibles de desencadenar placeres.
Esto no deja de ser consecuencia de una restringida tradición cultural que no atiende a que finalmente es nuestra mente quien interpreta un tocamiento o estimulación corporal siendo la imaginación y las fantasías una herramienta eficaz y habitual; y que evidentemente por medio de cualquier sentido (gusto, oído, vista, olfato además del tacto) podemos estimular nuestra pasión. De la misma manera y aunque seguramente la tendencia mayoritaria de la práctica autoerótica sea mediante el tacto con los genitales, no podemos omitir el hecho de que cualquier zona corporal es apta para sentir.



TÉCNICAS DE MASTURBACIÓN FEMENINA

Existen tantas formas de masturbarse como personas, de manera que cualquier intento de enumerar las maneras o técnicas existentes en las que las mujeres podemos masturbarnos resultará un resumen impreciso frente a la compleja y rica realidad de esta práctica, como todo en la vida vaya.

Sea como fuere, me parece divertido e instructivo señalar aquí algunas técnicas masturbatorias más comunes así como algunas propuestas menos convencionales o sonadas[8].

La estimulación del Clítoris y la vagina acariciando o frotando el clítoris y alrededores es la forma más popular de autoerotismo femenino. (El 78% de las mujeres teniendo en cuenta las cifras del Informe Hite). Generalmente se lleva a cabo con las manos, o con los dedos pero también con vibradores. Eso si, existen infinidad de variantes en posturas, preponderancias, intensidades y objetos usados.

En este vídeo sobre masturbación femenina, realizado por tres alumnas de Grado de Enfermería de la Universidad Rey Juan Carlos. 2011, podemos visualizar algunas de estas modalidades:
. Estimulación clitoriana directa.
. Sobre los labios vaginales.
. Sobre la ropa.
. Con movimiento rotativo.
. Estimulación clitoriana con penetración vaginal intermitente.
. Estimulación con penetración vaginal continua.
. Estimulación con penetración vaginal al orgasmo.
. Estimulación palmar: talón en clítoris y dedos en vagina.
. Estimulación clitórico/vulvar tumbada sobre el vientre.
. Penetración vaginal acostada acostada sobre el vientre.
. Estimulación clitoriana empujando objeto suave. Se trata de frotarse con una almohada, cojín o bulto de ropa. Acostada y con el movimiento de tus caderas de forma que el objeto suave presione tu clítoris.
. En suspensión: empujando contra objeto. Por ejemplo el brazo de un sofá o cualquier otro mueble contra el que poder restregarse.
. Estimulación del punto G. La introducción de los dedos o de un dildo en la vagina puede ayudar a ubicarlo y estimularlo.
. Estimulación clitoriana con chorro de agua. Puedes seleccionar un chorro de la ducha y dirigirlo hacia tu clítoris dejando que caiga el agua incluso alternando con diferentes temperaturas.
. Estimulación anal. El ano es igualmente una zona muy sensible que puedes estimular usando los dedos o juguetes y con ayuda de lubricante para facilitar.
. Estimulación del clítoris, la vulva o cualquier otra part de tu cuerpo con una pluma, un pincel o con tejidos u objetos de distintas texturas.
. Puedes acercarte o sentarte sobre la lavadora y aprovechar el centrifugado para estimularte.


Instrucciones para masturbarse

“Comience por deshilachar los sentidos ácidos de su camiseta. Lama pausadamente cada rincón de sus decencias y absorba todas las fragancias hasta que el decoro se convierta en caramelo y la lluvia acompase sus latidos. Aderezca su piel con feromonas y transporte esa música a lo largo de su cuello, su torso y espalda. Nutra su mirada de espejos desenfocados; y cuando desde el campanario la acústica de su matriz implore a los feligreses atención, añada tres cucharadas soperas de libidinosa tempestad. Continúe palpando espontáneamente sus entrañas sin dejar de remover los vapores que exhale. Sobretodo, no respete los consejos y apague el telediario. Ríase del porno tradicional mientras canta una nana, un irrintzi, un gregoriano, o lo que usted prefiera. Recomendamos comerse la boina y quitarse el chocolate de las uñas, para disminuir la hiperventilación y no agitar a las vecinas que riegan sus atardeceres. Con sus manos amase el flujo sanguíneo, suba el volumen, arañe la almohada, nivele la presión del agua y espolvoree sus mamas. Maúlle, brinque, escriba un par de poemas e invente dragones sin espinas. No olvide rociarse con jengibre y contornear ilustraciones labiales hasta que su pelvis rezume una sonrisa ancha. Repítalo al menos una vez por semana, antes de que la sopa se enfríe y a los ladridos se los lleve la corriente”.

Itsasne Gaubeca


Bibliografía

. Los placeres de Lola, Raquel Traba, Aguilar, 2008.
. La masturbación femenina, Georgina Burgos, Vecchi ediciones, 2012,
. Tu sexo es tuyo, Sylvia de Béjar, 2004.
. El informe Hite, Shere Hite, 2002, Punto de lectura.
. Las mujeres como agentes revolucionarios del cambio. Shere Hite, 2001, Vindicación Feminista.
. Vídeo sobre masturbación femenina, realizado por tres alumnas de Grado de Enfermería de la Universidad Rey Juan Carlos. 2011.
. Artículos de la Fundación Sexpol. Ana Irene Sierra Sánchez e Isabel Vicario Molina.
. Tuguiasexual.com[1] Una parafilia (del griego παρά, pará: ‘al margen de’, y φιλία, filía: ‘amor’) es un patrón de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra cosa o actividad que lo acompaña. (De Wikipedia)
[2] Sobra decir que cada mujer y cada persona deberá hacer lo que más le plazca siendo igualmente legítima la opción de no masturbarse si eso le hace sentir mejor.
[3] La masturbación, de ediciones Vecchi, S.A, 2012, Barcelona.
[4] A pesar de pertenecer a un mismo sexo a los hombres y las mujeres se les asignaban roles muy diferenciados.
[5] Dedicaremos otros capítulos al tema de la Histeria.
[6] Somos conscientes de estas dudas y cuestiones de la juventud porque a partir de juegos y propuestas lxs jóvenes han podido plasmarlas libre y anónimamente.
[7] Ana Irene Sierra Sánchez e Isabel Vicario Molina de la Fundación Sexpol.
[8] Información derivada de la bibliografía que señalo en el artículo así como de la experiencia vital y colectiva como mujer.


Texto extraído de: gogaratalleres.wordpress