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martes, 11 de junio de 2013

SU MORAL ES ASQUEROSA


Texto elaborado por una prostituta anarquista italiana….

Soy una prostituta. Mi nombre profesional es Carmela y trabajo por la noche en la periferia de una ciudad de Italia. Mi toma de contacto con las ideas anarquistas fue por casualidad y por amor, y así escuché por primera vez una vieja canción anarquista que decía: “Las prostitutas que mueren de tifus en el hospital, esas son nuestras hijas”
Durante el día la sociedad nos condena, pero por la noche nos busca. Y no son sólo los hombres quienes en esta moderna y avanzada época vienen hacia nosotras, ya que los “tríos” hace tiempo que se pusieron de moda. Así que ahora también somos envidiadas por las noches por las mujeres a quienes les gustaría hacer suyo un poco de nuestro arte amatorio, para poder follar mejor a sus jefes y ascender en su carrera profesional.

            El Estado proxeneta muestra su cara hipócrita y democrática y sopesa la decisión de conceder a mi “sector laboral” el derecho a la propia explotación: pagar impuestos, “integrarnos“ en la sociedad es la palabra mágica y desgraciadamente, much@s de mis colegas lo están literalmente mendigando.

          Pero hace ya tiempo que me tomé mis derechos por mí misma y la vida como yo quiero, sin pedir permiso a nadie. ¿Ser un miembro más? Ya me vale con los miembros que veo a lo largo del día. Para mí la sociedad se basa en una enorme prostitución: hombres y mujeres que, diariamente, a la misma hora, marchan hacia sus puestos de trabajo, con el mismo aburrimiento, con la misma fatalidad, que se prostituyen solos o en grupo (¡espíritu de equipo!) para que toda esta mierda continúe aguantando. Pequeños empleados o yuppies, todos l@s ciudadan@s decentes tienen al final algo en común: desprecian a las inmorales putas como yo, que van a trabajar bien por decisión propia o por la necesidad del dinero. ¿Pero quién no va a trabajar por la necesidad del dinero?

           Seguramente, el mundo de la noche, aunque le guste parecer tan atractivo, tiene también sus aspectos negativos. No deja de ser un reflejo de su violencia, que se esconde hipocritamente durante el día tras la fachada de una cultura moralista. Nuestros clientes no son otros más que tu jefe, tu compañero de trabajo, tus conocidos, vecinos y cada vez más, sus mujeres y amigas.

            Pero lo que más me molesta, más que esta ignorante, envidiosa e hipócrita sociedad, son esas discusiones psicológicas, que también en parte se realizan en la “escena” de izquierdas o feminista. Allí se nos trata como las “pobres” prostitutas, golpeadas por sus chulos y violadas por sus malos y perversos clientes (sobre las clientas parece que se calla conscientemente, o se desconoce por ignorancia su existencia).

             A menudo me pregunto de dónde sacará esa gente sus conocimientos, ya que ninguna de estas compañeras o compañeros ha disfrutado de una velada conmigo o siquiera me han preguntado por qué prefiero trabajar de pie en la calle a sentada en una oficina.

Para mí esto invalida a quien dice luchar por la libertad y la revolución, porque no me reconocen como ser indivudual el derecho y la capacidad de tomar mis propias decisiones, y me imaginan como una persona tonta, débil y digna de compasión. La prostitución infantil es algo penoso, ya que un niño no puede decidir qué quiere hacer y qué no. Pero, ¿por qué nadie habla de los niños a quienes diariamente se idiotiza en los colegios y guarderías para que cuando sean mayores se conviertan en alegres consumidores y en eficientes prostitutas en el sistema productivo para el chulo del Estado? ¿Por qué nadie habla de los niños que ven la luz en el mundo en las (democráticas) cárceles donde están encerradas sus madres? ¿No merece tanto la pena hablar de ello? Ya, quizás muchos de estos super-revolucinari@s de boquilla no tienen ni idea de que muchos niños pasan sus primeros años de vida en la cárcel, y que luego, de un día para otro, son arrancados del cariño de su madre, y todo esto en nombre de unas atenciones que cualquiera de nosotr@s rechazaría.

            Además, existe una gran diferencia: nosotras las putas abrimos las piernas y dejamos a un integrante de esta sociedad que haga lo que nosotras queramos, y nada más. Una sociedad que gracias a su trabajo asalariado posibilita un sistema que atormenta y mata personas y animales, que con el dinero de sus impuestos financia guerras, que destruye el medio ambiente y bueno, todo lo demás que vosotros ya deberíais saber mejor que yo, que no soy más que una tonta, inmadura e inútil puta. Y la moral, o moraleja de esta historia no existe, ya que su moral es asquerosa. ¡A la mierda con su moral!

Extraído del fanzine alemán FREIRAUM nº26 y de  grupobifurcacion 

5 comentarios :

  1. desgraciadamente asi es esto!!! la sociedan o personas"morales" nunca estaran comformes con esto ni con nada k valla en contra del maldito sistema la gente son "zombis" a los k una tele controla...la diferencia la hacemos cada uno en nuestras propias vidas

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  2. Pues si, asi es. Vivimos en una sociedad de gente que por decente, reprimen su lado más instintivo o salvaje o simplemente natural, provocando así esa perversidad, que les lleva a maltratar a sus semejantes y a todo lo que se les pone por delante, ya sea de forma física o verbal, que más da. Aquí lo que vale es el maltrato democrático, eso si, mucha democracia para hacerte creer...creer que? que somos libres? para que? para que cuando tratas de ser tú mismo te "ETIQUETEN" de rar@, diferente, mal@, delincuente...porque eso si, etiquetar esta a la orden del día, y no de forma construtiva no...en fin...muchas gracias por compatir tan sinceras palabras!

    Un abrazo

    Lluisa

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  3. "dejamos a un integrante de esta sociedad que haga lo que nosotras queramos" ¿Seguro? Yo creo que en la mayoría de los casos es al revés y el que paga manda, por desgracia claro, pero bueno no digo que no halla casos como este en el que quien cobra manda. No pienso ni nunca he pensado que las prostitutas son tontas, inmaduras ni inútiles, al contrario creo que son resistentes, valientes y fuertes en muchas cosas. Pero también creo que es la desesperación la que lleva a muchas mujeres a la prostitución, y la desesperación no se busca, te viene, cuando todo te supera. Yo estoy por la ABOLICIÓN DE LA PROSTITUCIÓN, es decir, del maltrato, del abuso, de la mercantilización de las relaciones sexuales, del capitalismo, del patriarcado. Pero no estoy por la abolición de personas libres claro.

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  4. Al anónimo, eso es precisamente lo que la autora (Carla Corso o Pia Covre, probablemente) denuncia. Mucha de la gente que comparte esa idea de "abolir la prostitución" nunca ha hablado con las chicas, yo estuve entre ellos un día. Si conociéseis este mundo veríais que no tiene nada que ver con lo que uno se imagina en un principio. Es mucho más libre y autónomo que la realidad que vivimos en nuestras "prostituidas" vidas grises. Lo que suele tener la prostituta sobre el cliente es EXPERIENCIA, por lo cual sabe manejarle.

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  5. DIGAN LO QUE QUIERAN PERO ESTA MUJER ELIGE COSIFICARSE POR PLATA IGUAL QUE TODO EL MUNDO, Y PARA PEOR SE CREE REVOLUCIONARIA.

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