Para mí los secretos siempre han sido una manera de esconderse. No me parece que tengan ninguna función útil, al revés, hacen que los pensamientos se enquisten y se conviertan en tristes versiones de un sueño o de una meta a alcanzar.
Ilustración: Marta D. |
Siempre he pensado si no quieres saberlo, no me preguntes. Cuando alguien me ha hecho una pregunta delicada, le he preguntado “¿De verdad quieres saberlo?, ¿aunque la respuesta te duela?” Porque creo que una de las pocas cosas que nos quedan en esta vida es el ser sinceras con nosotras mismas y con los demás. Endulzar las respuestas es de hipócritas.
Creo firmemente que la vida no está hecha para andarse con medias tintas ni con tonterías.
Lo cierto es que los secretos han sido la piedra angular de muchas filosofías y religiones, son atractivos, son llamativos. Los usan para que aquellxs que llevan más tiempo en el camino se sientan superiores a lxs que acaban de empezar. A mí eso de que dosifiquen la información haciendo creer a lxs feligreses de turno que no son dignxs de saber… Me suena a tongo.
Qué queréis que os diga, el misterio y el secreto son conceptos que me tocan un poco el papo. Perdón por la expresión. Hay muchas sectas que te tienen en más o menos consideración en función de lo que sabes, y lo que sabes va en función de lo que pagas. Así que, claro, el/la que más ha pagado es el que más sabe.
Una persona mide su interés muchas veces por todo aquello que calla, todo aquello que no cuenta. A mí las personas que son así siempre me han parecido que no son trigo limpio, que más que ser interesantes, son retorcidas, que las personas que no se abren al mundo huelen a rancio…
Pero con los años me he dado cuenta, no sólo de que debemos aprender a amar y respetar a todas las personas como son, sino que no soy nadie para juzgar a los demás. Cada una hemos pasado lo nuestro, ¿cómo puedo permitirme el lujo de decidir que una persona vale más que otra únicamente por mi cabezonería y mis ganas de meter a todo el mundo en el mismo saco?
Parece una reflexión sencilla, pero no lo fue. Me ha costado mucho tiempo darme cuenta de que hay personas que no se abren al mundo porque duele, porque cuando una es como yo, que abre el corazón y permite que todo el mundo se despache a su gusto, se arriesga a que le dejen el espacio hecho unos zorros.
Porque, si vivimos en un mundo donde la gente no tiene pudor en llenar los campos y los parques de basura, ¿qué no harán con el interior y el alma de una?
Yo seguiré siendo como soy, porque soy feliz de esta manera, dejando que fluya mi energía, comunicándome con aquellos que tengan ganas de escucharme y sintiendo que la vida es mucho más hermosa cuando los secretos se airean y toman el sol.
Te animo a que seas capaz de poner en palabras aquellas sensaciones, miedos y situaciones traumáticas que guardas en el fondo de tu alma. Te aseguro que, si lo haces, con el tiempo verás cómo tus heridas se convierten en cicatrices, tejido duro que te permitirá sentirte protegida ante las adversidades de la vida.
http://elmundodeminimol.blogspot.com.es/
Texto extraído de:Proyecto Kahlo.com
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