Existe la creencia popular de que las feministas somos unas mal folladas, reprimidas, que lo que necesitamos es una buena polla, etc. Es un ataque bastante común ante la idea que una feminista es una mujer fea (infollable) que odia a los hombres porque no le han dado mandaga de la buena en su vida. Esta idea es extendida también gracias a la costumbre de creer que la mujer ha de querer ser sexy, provocadora y disponible para el macho cuando el macho quiera, no cuando ella lo decida. O sea, que no es más que una pataleta de algunos que consideran a la mujer un objeto de su posesión que baila a su son.
Lamento comunicar a mis queridos detractores que esta apreciación está a años luz de la realidad. Y os voy a explicar por qué:
Las feministas somos mujeres sin complejos, que nos hemos dado cuenta que somos bellísimas tal y como somos. Por lo que en la cama somos mujeres libres que disfrutan de lo que tienen, sin preocuparse por nada más.
Las feministas nos hemos dejado de tonterías y vamos a por lo que queremos. Damos y recibimos con una igualdad placentera.
Como somos muy felices con nuestro cuerpo, nos gusta experimentar.
Como nos hemos quitado de la cabeza eso de que hemos de ser sumisas y en disposición del hombre, tomamos la iniciativa, pedimos y buscamos.
Como somos mujeres libres, escogemos a hombres y mujeres libres que dan la talla mejor que los que aún piensan que somos sus juguetes.
Las feministas somos mujeres más que bellas o atractivas físicamente. Somos mujeres que vivimos plenamente nuestra condición y eso, queridos míos, nos hace atractivas, mucho, no sabeis cuánto. Lo que hace que liguemos pero eso sí, con hombres o mujeres excepcionales. Es otra pantalla del videojuego a la que no todas y todos llegan.
Y si no hay hombre o mujer, podemos tener maravillosos orgasmos nosotras solas, porque no le vemos ni un pero a la masturbación.
Pero claro, como siempre digo, una mujer libre es peligrosa y todos los que esconden su masculinidad criticando a una feminista, en realidad sólo buscan cortar su libertad para que siga siendo su esclava. Son personas que entienden la vida por estratos: líderes y sometidos, en los que ellos, por supuesto, son los “líderes”.
Y es que queridos y queridas enemigos y enemigas de esa palabra que no comprendéis, las feministas tenemos una vida sexual más plena porque somos mujeres libres, ¿ O no?
Para amar a una mujer LIBERTARIA se necesita gallardía y coraje y una sobre dosis de importaculismo ,porque sepan bien que a las libertarias la sociedad siempre las sataniza , las estigmatiza y les ponen todo tipo de rótulos desde el mas popular como es el rotulo de "puta",pasando por rótulos como "amargada" , "insolente" "inadaptada" "problemática" y no falta quien se escuda en su moral para roturarla. Así que oigan muy bien una LIBERTARIA es una mujer para amar sin prejuicios , sin juicios de valor, sin cadenas ,SIN MENTIRAS, con toda ella, a una libertaria la amas completa o mejor no la ames porque ella no puede con la tibieza de un amor mediocre una libertaria exigirá siempre el calor de un amor autentico
(Mar Candela -ideologa feminismo artesanal)
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