La palabra misógino tiene pocos años de esta de moda (en tiempo de nuestras abuelas ni siquiera se conocía el término). Sin embargo, pocas personas saben su verdadero significado. Si tú haces una encuesta preguntando: ¿Qué es un misógino?, te aseguro que la mayoría de la gente te diría que es un hombre que odia a las mujeres. Si les pides que den una descripción más amplia de su conducta, lo más probable es que te describan las actitudes de un macho.
Después de muchos años de tratar a parejas de misóginos y de observar la conducta de este tipo de individuos, no estoy de acuerdo con la definición anterior. Yo considero que un misógino es un hombre que necesita y teme a las mujeres al mismo tiempo. Esto podrá sonarles extraño, ya que estos individuos suelen aparentar una enorme seguridad en sí mismos, pero al estudiarlos más a fondo nos podemos dar cuenta que están obsesionados con el control de su pareja. ¿Por qué la quieren controlar? Precisamente para que no los abandonen. ¿Por qué la humillan y maltratan?, pues para que ella no tenga una posición de poder. Esto obedece a su necesidad y temor.
Los misóginos son extremadamente difíciles de detectar hasta que estás totalmente involucrada con ellos. Tienen tres "personalidades" que van surgiendo a lo largo de la relación.
1) "El Príncipe".
Esta primera personalidad es la que muestran al principio, en la cual se proyectan como el hombre perfecto, el sueño de cualquier mujer hecho realidad. Son atentos, caballerosos, detallistas, protectores, inteligentes, carismáticos, encantadores. Saben exactamente qué hacer y qué decir para impresionar a una mujer. Al ser muy inseguros en el fondo, han construido una máscara de éxito y falsa confianza en sí mismos que es muy atractiva para las chicas. Aunque a nivel de estudios y laboralmente pueden ser muy exitosos, en lo sentimental son totalmente inmaduros.
Creen que son seres únicos y especiales que no se conforman con cualquier mujer. Te hacen sentir que tú eres "la elegida" porque casi te han puesto en un pedestal por las virtudes que te ven. Ellos no se fijarían en cualquiera. Imagínate cómo se siente halagado el ego de una mujer. Un hombre maravilloso se está fijando en ti, lo cual significa que tú también eres extraordinaria. Esta situación te hace sentir que te sacaste la lotería.
Aquí el papel que juegas es el de la princesa que tuvo la enorme fortuna de encontrar a su príncipe.
Es extremadamente desconcertante para una mujer que tiene varios meses relacionada con un hombre con las características que he descrito, que se siente feliz y tranquila, de pronto enfrentarse a la primera escena de agresión verbal (críticas, reproches, devaluaciones, etc.) por parte del misógino. Parece increíble que el mismo hombre que te trataba con dulzura y delicadeza, que te hacía regalos y te llenaba de mimos y atenciones, que te hacía creer que tú eras la persona más importante del mundo para él, de pronto te insulte y te trate mal.
Cómo esto te toma por sorpresa y él tiene la enorme habilidad de hacerte sentir culpable, puedes llegar a creer que quien se equivocó fuiste tú y que debes corregirte para no provocarlo, ya que la conducta anterior de tu pareja era irreprochable, por lo tanto quien debe estar "mal" eres tú.
Lo más desconcertante es que "El Príncipe" vuelve a aparecer y tú te tranquilizas creyendo que se trató de un evento aislado y que todo volverá a estar bien. Eso hace que te esfuerces más en complacerlo para mantener la armonía. A partir de esta etapa las dos personalidades se irán alternando. Nunca sabes cuándo saldrá el príncipe y cuándo el patán. Eso te irá volviendo temerosa e insegura. Si él se enfurece, la culpa es tuya por provocarlo. Si tú te enfureces, dirá que eres una neurótica que no sabe controlar sus emociones. De cualquier manera, sales perdiendo.
De ahora en adelante estarás en continua tela de juicio, todas tus acciones o palabras serán vigiladas y estarás bajo un estricto escrutinio para poder cumplir con todas las cualidades que él te asignó, las cuales incluyen que tu pareja debe ser tu máxima prioridad, que todo lo que él dice está bien, que si trata de corregirte es porque te quiere y que cualquier falla tuya es la que puede echar a perder la relación.
3) "El Niño Herido".
Lo más probable es que le creas y vuelvas a engancharte porque la relación ha sido muy intensa. Con el paso del tiempo se hace evidente que él no cambió y las cosas regresan a la etapa conflictiva.
Dado lo anterior, quien se relaciona con un misógino queda severamente afectada emocionalmente. Si continúa con él, ella va perdiendo por completo la seguridad en sí misma y se siente totalmente atrapada. Aunque logre dejarlo, lo cual es extremadamente difícil, las secuelas posteriores son muy traumáticas.
Para complicar aún más las cosas, la mayoría de los misóginos te trata muy bien enfrente de otras personas. Por lo tanto, cuando tú expresas tus quejas, la gente puede reforzar la idea de que él es un hombre maravilloso que te adora y que quién está mal eres tú.
El misogino es un hombre que "desprecia" aquello que tiene que ver con las mujeres y lo femenino aunque no necesariamente lo manifieste de manera abierta, eso si, en su vida afectiva solo las utiliza para dar rienda suelta a su desprecio y rechazo. El misógino se siente superior a todo lo que tenga que ver con una insinuación de lo femenino. El estilo destructivo que establece en sus relaciones deja estragos de importancia en la vida de su mujer. Y por supuesto, en la familia.
Sin embargo, depende de ellas irremediablemente, las necesita para poder odiar, para poder desatar su furia y su rechazo. Que complicado vivir una psicología tan contradictoria: "te necesito porque te odio o también te odio porque te necesito"
Para qué necesita un misógino a una mujer:
- Para agredirla, para lastimarla y para cobrarle su sola existencia.
- Para castigarla y hacerle sentir que es un ser inferior.
Mis palabras tal vez te causen desasosiego, pero a las conductas y a los sentimientos necesitamos llamarlos por su nombre. El misógino no elige una serie de mujeres, solo busca una para enseñarle quién es quién en la vida.
La vida con un misógino siempre engendra violencia, acoso y también un gran sufrimiento y dolor. En su mayor expresión y patología son aquellos que acaban por estar violentando y asesinando a las mujeres. Claro los casos extremos.
Pero vayamos a la vida de todos los días. Los misóginos están al acecho de dar muerte a todo lo que a la pareja le de placer. No importa si es ir al cine, ver una puesta de sol, salir de vacaciones o pasear al perro. Lo importante es matar el goce, el deseo y las ganas de vivir.
Los misóginos tienen una voz fuerte (que no implica necesariamnente el chillar) son controladores y además se dan el lujo de agredir, de silenciar, de criticar y siempre como mujer uno sale muy mal librado. Se sienten dueños de la vida de su mujer o mujeres, en el caso en el que tengan hijas, siempre las denigran, las aplastan y las desvalorizan. Ellas no tienen derecho de existir en un mundo de hombres.
La crueldad es uno de sus aliados, siempre tiene la palabra o el comentario hiriente para su compañera. Cómo la necesita tanto primero es un gran seductor y por supuesto que después reacciona con una furia incontrolable y lleno de ira incluso desde el silencio.
Es un depredador emocional.
La mujer no logra salir de su turbación y a veces se somete, otras se rebela, por momentos entra en furia y quiere sacar toda su indignación, pero el misógino tiene siempre armas más poderosas para destruir la vida en pareja.
Solución:
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